O lo que es lo mismo, estar más quemado que la moto de un hippie.
Cada vez está más extendido lo que se ha venido en llamar Síndrome del trabajador quemado (los guiris lo llaman burnout y nosotros, como no, hemos hecho nuestro el nombrecito).
Hacía mucho que no leía algo con lo que me sintiera tan identificado.
Las evidencias que afectan al individuo en el inicio de la aparición de esta enfermedad, se reconocen en varias etapas y son:
1.- Exceso de trabajo
2.- Sobreesfuerzo que lleva a estados de ansiedad y fatiga
3.- Desmoralización y pérdida de ilusión
4.- Pérdida de vocación, decepción de los valores hacia los superiores
Aunque yo nunca he tenido vocación por lo que hago, ni mucho menos, siempre he sido partidario de hacer muy bien mi trabajo. Lo mejor posible. No quiero que nunca nadie pueda reprocharme que no me he ganado hasta el último céntimo que me pagan. NUNCA.
Sin embargo, la decepción, desilusión, desmoralización... son crecientes. Y supongo que todo tiene un límite ¿no?
Esta mañana, leyendo el suplemento de negocios de
El País he visto
este interesante artículo sobre el tema y, ya os digo, me he sentido identificado aunque, afortunadamente, no tengo ninguna intención de caer enfermo ni nada por el estilo.
La primera vez que se escuchó el termino burnout fue en 1974, en boca del psicólogo clínico alemán Herbert Freudenberger. Desde entonces, se le han dado innumerables definiciones a esta enfermedad, muchas de las cuales coinciden en tres aspectos fundamentales: agotamiento emocional, aislamiento laboral y vacío existencial, derivado de la creencia de que el trabajo que uno hace carece de sentido.
Las personas que potencialmente pueden desarrollar este síndrome suelen haber estado muy motivadas al acceder a un nuevo empleo, y haber ido perdiendo fuerzas e ilusión al ver incumplidas sus expectativas. En la mayoría de casos, por otra parte, los afectados reconocen haber sido explotados por su empresa, que no cumplía con el contrato firmado.
El burnout aparece tras un proceso de agotamiento mental, físico y emocional continuo. Los expertos advierten de que si no se diagnostica a tiempo suele desencadenar en una depresión aguda, hasta el punto de forzar la baja laboral.
A parte de el artículo de El País, en
esta página, el que tenga tiempo y ganas, puede enterarse de un montón de cosas sobre el Síndrome del trabajador quemado. Incluso se puede hacer un test para ver si estás o no
quemado, pero está en inglés y tiene pinta de ser un rollazo. Además, si estás
quemado lo sabes ¿no?