Desprotección de datos
Mucho se ha escrito en los últimos años sobre el tema de la protección de datos de carácter personal. La gente está hasta las narices de que le llamen a cualquier hora del día para ofrecerle mil y un servicios de telefonía o internet. Basta un par de búsquedas rápidas en Google para leer un montón de casos de abusos, de llamadas agresivas, de altas no autorizadas.... En fin, que os voy a contar que no sepáis.
Y la cosa se ha agravado gracias al creciente fenómeno de la deslocalización en el telemárketing. Los datos viajan de un país a otro y pasan por mil manos sin que sus legítimos titulares hayan dado su consentimiento.
En este artículo de Deslocalización.com explicaron claramente de qué va el asunto.
Cada vez que recibimos una llamadita de estas, casi siempre desde un número oculto, nos preguntamos cómo cojones habrán conseguido nuestro teléfono esta gente y por qué saben qué servicio tenemos y con qué compañía.
Supongo que hay mil maneras de conseguir esos datos pero no imaginaba que podía hacerse de manera tan sencilla y, a la vez, tan cutre.
Tendremos que dar las gracias a las grandes compañías de telecomunicaciones, que contratan (y subcontratan) mano de obra altamente cualificada y bien pagada y llevan a cabo un estricto control de sus procesos productivos.
(Pinchad en las fotos para poder leer el contenido.)
1.- Mensaje de un lector de este blog que ha visto comentarios de alguien que dice poseer datos confidenciales y los vende al mejor postor:
2.- Contestación recibida:
3.- Segunda contestación que contiene un fichero adjunto a modo de prueba:
El fichero de excel que se adjunta en el último e-mail contiene datos confidenciales de 37 personas incluyendo nombre y apellidos, DNI, número de teléfono, número de contrato, tipo de servicio contratado y fecha de alta. Con una sencilla búsquea en Páginas Blancas se puede comprobar que los datos son verdaderos y, de paso, conseguimos también el domicilio de esas personas.
Hay un tercer e-mail en que se insta a este lector a que se ponga en contacto telefónico con el tal Jaker lo más pronto posible.
Hubiera sido fácil continuar con la pantomima para saber qué precio tienen estos datos y, de paso, grabar la conversación con el tipo este que, por lo que se ve, de cuidadoso no tiene nada de nada. Se le podría empapelar muy fácilmente, deja rastros por donde quiera que pasa. Por esta vez, la cosa va a quedar ahí.