02 julio, 2006

Burnout



O lo que es lo mismo, estar más quemado que la moto de un hippie.
Cada vez está más extendido lo que se ha venido en llamar Síndrome del trabajador quemado (los guiris lo llaman burnout y nosotros, como no, hemos hecho nuestro el nombrecito).
Hacía mucho que no leía algo con lo que me sintiera tan identificado.

Las evidencias que afectan al individuo en el inicio de la aparición de esta enfermedad, se reconocen en varias etapas y son:
1.- Exceso de trabajo
2.- Sobreesfuerzo que lleva a estados de ansiedad y fatiga
3.- Desmoralización y pérdida de ilusión
4.- Pérdida de vocación, decepción de los valores hacia los superiores

Aunque yo nunca he tenido vocación por lo que hago, ni mucho menos, siempre he sido partidario de hacer muy bien mi trabajo. Lo mejor posible. No quiero que nunca nadie pueda reprocharme que no me he ganado hasta el último céntimo que me pagan. NUNCA.
Sin embargo, la decepción, desilusión, desmoralización... son crecientes. Y supongo que todo tiene un límite ¿no?
Esta mañana, leyendo el suplemento de negocios de El País he visto este interesante artículo sobre el tema y, ya os digo, me he sentido identificado aunque, afortunadamente, no tengo ninguna intención de caer enfermo ni nada por el estilo.
La primera vez que se escuchó el termino burnout fue en 1974, en boca del psicólogo clínico alemán Herbert Freudenberger. Desde entonces, se le han dado innumerables definiciones a esta enfermedad, muchas de las cuales coinciden en tres aspectos fundamentales: agotamiento emocional, aislamiento laboral y vacío existencial, derivado de la creencia de que el trabajo que uno hace carece de sentido.


Las personas que potencialmente pueden desarrollar este síndrome suelen haber estado muy motivadas al acceder a un nuevo empleo, y haber ido perdiendo fuerzas e ilusión al ver incumplidas sus expectativas. En la mayoría de casos, por otra parte, los afectados reconocen haber sido explotados por su empresa, que no cumplía con el contrato firmado.


El burnout aparece tras un proceso de agotamiento mental, físico y emocional continuo. Los expertos advierten de que si no se diagnostica a tiempo suele desencadenar en una depresión aguda, hasta el punto de forzar la baja laboral.

A parte de el artículo de El País, en esta página, el que tenga tiempo y ganas, puede enterarse de un montón de cosas sobre el Síndrome del trabajador quemado. Incluso se puede hacer un test para ver si estás o no quemado, pero está en inglés y tiene pinta de ser un rollazo. Además, si estás quemado lo sabes ¿no?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente identificado con el susodicho sindrome.

Anónimo dijo...

Algo de vacaciones puede ir bien para apagar un poco el fuego...

Anónimo dijo...

¿Acaso alguien no lo está?

En cuanto a lo de las vacaciones... no estoy del todo de acuerdo, las vacaciones (al menos en mi caso) hacen que me plantee si realmente ese curro de mierda en el que estoy vale la pena o no, de hecho, siempre que he dejado un trabajo ha sido al volver de vacaciones :P

Bea_Tou dijo...

yo llevo 4 semanas y estoy quemada tb... por eso lo dejo más q nada, pq necesito vacaciones :)

Anónimo dijo...

Las vacaciones no son la solución... Como dice setry ¿alguien no está quemado? Pero esto va más allá, este fuego resiste agua, extintores y lo que le echen.

chousas dijo...

Yo estaba quemado hasta las cejas. Me he sentido completamente identificado con la descripción.
Y sobre las vacaciones, daban igual... El mismo día de volver volvía a sentir que hacía un curro inútil y engañando además a la empresa cliente.

Anónimo dijo...

Te creo Chousas, entre otras cosas porque a mi me pasa más o menos lo mismo. Tú te has ido del curro y yo, si todavía no lo he hecho es porque no puedo (ya sabes, hay que pagar recibos, comer...).
No es lo mismo estar quemado, que todos lo estamos o lo hemos estado alguna vez, incluso currando en algo que te gusta, que el síndrome este que puede llegar a enfermedad.
Un saludo!!!